Por turismo o por motivos de trabajo, he tenido la oportunidad de visitar más de 40 países, y todos ellos han dejado en mi recuerdo una huella única y diferenciada, una impresión permanente en la forma de sentir mis recuerdos, asociados a colores, sonidos, olores, sabores y texturas inolvidables. Y , sobre todo, el contacto con formas de entender la vida tan distintas ha enriquecido de forma intangible mi manera de sentirla y apreciarla y de distinguir lo importante de lo accesorio. Como en aquella canción tan conocida de la chilena Violeta Parra, le doy gracias a la vida por esos regalos que me ha ido haciendo a lo largo del tiempo, y dejo aquí una pequeña muestra de mis impresiones.